Ahorrar 35 euros anuales en 3 millones de hogares es posible con la sustitución de los contadores de agua antiguos

Ahorrar 35 euros anuales en 3 millones de hogares es posible con la sustitución de los contadores de agua antiguos

Tres millones de hogares podrían ahorrar en torno a unos 35 euros anuales  con la sustitución de sus contadores de agua antiguos, un 15% de ahorro al año. Esta  es la estimación de Ista, compañía referente en soluciones sostenibles para el sector inmobiliario, partiendo del número de contadores que tiene instalados en el parque residencial, con la que demuestra la importancia que tiene la gestión de este recurso básico para la economía familiar.

Con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebra el próximo 22 de marzo, esta empresa recuerda que, para conseguir una gestión más eficiente de este bien, es importante sustituir los contadores antiguos por otros más modernos tecnológicamente y con medición equilibrada. Para ello, desde el pasado mes de agosto existe una normativa que obliga a cambiar, en el plazo de cinco años, los contadores de agua fría y caliente con más de 12 años de antigüedad.

Como recuerda Ignacio Abati, director general de Ista,  “esta norma, que afecta a más de tres millones de contadores, busca conseguir un ahorro energético y económico, además de favorecer una mayor transparencia y seguridad para el consumidor, ya que los nuevos aparatos permitirán una lectura a distancia, sin necesidad de acceder a la vivienda, y los usuarios podrán conocer su consumo diario y de forma gratuita”.

Bajo ritmo de sustitución

Según los cálculos de Ista, para una familia media que gasta unos 225 euros al año en agua, sustituir los contadores puede suponer un ahorro medio de hasta el 15%, unos 35 euros.

“Aunque todavía no se ha cumplido un año de la entrada en vigor de esta nueva normativa, el ritmo de sustitución es más bajo del esperado; creemos que, a partir del segundo semestre de 2021, se verá una clara reactivación”, destaca Abati. Una baja incidencia de la norma que se atribuye a dos razones fundamentalmente: a la imposibilidad de celebrar juntas de vecinos a causa de la COVID-19, que impide la decisión del cambio de contadores cuando esta recae sobre la comunidad de propietarios, y la sensación de ausencia de premura que existe en el ciudadano para realizar la sustitución, dado que todavía quedan cuatro años de plazo.

Desde Ista recomiendan no dejar para el último día el cambio de contadores, “no solo para evitar un cuello de botella en el suministro y la instalación, que de momento está garantizado, sino porque cada año que pasa cada familia `pierde´ 35 euros de media”, apunta Abati. “Puede que no sea el gasto más abultado para una economía familiar, pero en estos momentos de crisis el ahorro se ha convertido en una necesidad”, finaliza.