Análisis de Javier Díaz sobre la ‘Situación y papel de la biomasa en España en la crisis energética’

Análisis de Javier Díaz sobre la ‘Situación y papel de la biomasa en España en la crisis energética’

 

En el pasado 2022, año complicado a nivel energético, el sector de la bioenergía se ha mantenido como una alternativa competitiva frente a los combustibles fósiles, para atender a parte de los usos térmicos, tanto en el sector residencial como doméstico.

 

Por  Javier Díaz, presidente de AVEBIOM

 

 

 

A pesar  de la subida de los precios de equipos y biocombustibles sólidos, el sector de la bioenergía se ha mantenido como una alternativa competitiva frente al gas, el gasóleo, la electricidad de origen fósil y otros combustibles fósiles para atender una parte de los usos térmicos en nuestro país, tanto en el ámbito industrial como para suministrar calefacción doméstica.

 

El aumento de los precios de los combustibles fósiles ha conllevado un incremento de las ventas de estufas y calderas de biomasa desde principios de año: según los datos recogidos por el Observatorio de la Biomasa, la instalación de nuevas estufas y calderas de pellets en el sector doméstico creció un 40% en 2021 y estimamos que durante 2022 el número de nuevas instalaciones ha seguido creciendo al menos al mismo ritmo. La potencia total instalada en 2021 alcanzó los 14.090 MW, gracias a un aumento récord de 1.391 MW respecto a 2020.

 

Tendencia al alza

En este 2022,  el  parque de equipos de biomasa para usos térmicos en España habrá aumentado en otras 70.000 – 80.000 unidades y podría acercarse a las 600.000 unidades operativas para generar energía térmica en la industria y calefacción y agua caliente en grandes edificios como hospitales, hoteles, universidades, oficinas, comunidades de vecinos, y en viviendas unifamiliares.

 

«La biomasa para usos térmicos en España se habrá acercado en  2022 a las 600.000 unidades operativas para generar energía térmica en la industria y calefacción y agua caliente»

 

El 40% de la energía que se consume en España se destina a usos térmicos, por lo que este medio millón largo de equipos representa un porcentaje aún pequeño, aunque nada despreciable, del potencial que tiene la biomasa para sustituir a los combustibles fósiles.

 

 

Precios elevados pero contenidos

 

El pellet, el biocombustible sólido más conocido entre los consumidores, ha sufrido una subida de precio muy notable durante este año, aunque su coste energético (€/kWh) se ha mantenido siempre inferior al de cualquier combustible fósil o la electricidad.

 

Por otra parte, ya desde el mes de octubre pasado, la curva de precios del pellet para uso doméstico ha empezado a suavizarse y el precio medio del saco de 15 kg a finales de noviembre se sitúa en 7,79 €, aunque es posible encontrarlo a precios inferiores.

 

«El pellet ha sufrido una subida de precio muy notable durante este año que ha empezado a suavizarse en octubre»

 

En Europa ya es evidente un cambio de tendencia a la baja en los precios del pellet y también de la astilla, que pronto se ha de empezar a notar también en España. Este descenso está relacionado, en primer lugar, con el retraso de la llegada del frío esta temporada y, en segundo lugar, con la ralentización del sector de la construcción que facilita el acceso de las plantas de pellet a la materia prima. De esta manera, los stocks de fabricantes y suministradores se están recuperando para dar servicio este invierno a los usuarios, muchos de los cuales ya hicieron un acopio algo superior a lo habitual en pretemporada.

 

Quiero destacar que, en estos momentos y desde hace semanas, las fábricas de pellet en España garantizan el suministro a sus clientes nacionales y apenas se exporta pellet a otros países.

 

Redes de calor: la solución más eficiente

 

Las redes de calor con biomasa siguen aumentando en nuestro país, aunque es necesario un mayor compromiso de las administraciones en todos sus niveles, desde ayuntamientos al Estado para que aporten todo su potencial a la descarbonización del suministro de energía térmica en los sectores residencial, servicios e industrial de España.

 

Las fábricas de pellet en España garantizan el suministro a los usuarios.

 

Los programas de ayudas coordinados desde el IDAE y puestos en marcha por las Comunidades Autónomas deberían acelerar la implantación de estas eficientes infraestructuras.

 

Con los datos recogidos por nuestro observatorio de la biomasa, estimamos la existencia de, al menos, 470 redes operativas, a las que hay que añadir ampliaciones de algunas de las redes de mayor tamaño y la próxima puesta en marcha de nuevas instalaciones antes de finalizar el año y a lo largo de 2023. Cataluña y Castilla y León son las comunidades autónomas líderes en potencia y número de instalaciones de uno de los sistemas más eficientes de valorización energética de la biomasa para obtener energía térmica.

 

Impulsar la biomasa para usos térmicos

 

Además de los programas de ayudas a instalaciones, muy importantes, creo que es fundamental introducir medidas permanentes que motiven aún más a los ciudadanos y empresas a cambiar sus sistemas de generación térmica. Por ejemplo, la instauración definitiva de la rebaja del IVA para pellets, leña y briquetas y otros biocombustibles sólidos como hueso de aceituna, astillas y cáscaras de frutos secos, que no se han incluido en la reducción del IVA vigente hasta fin de año.

 

«Es fundamental introducir medidas permanentes que motiven aún más a los ciudadanos y empresas a cambiar sus sistemas de generación térmica»

 

La rebaja del IVA del 21% al 5% ha sido, sin duda, una buena noticia para los consumidores y el sector empresarial, aunque se haya dado para evitar un agravio comparativo con el gas fósil y tenga un carácter temporal.

 

AVEBIOM ha solicitado en reiteradas ocasiones esta rebaja del impuesto en los últimos 15 años; la última vez en septiembre, junto con otras asociaciones empresariales como Apropellets, Asemfo, el Clúster de la Bioenergía de Cataluña y el Clúster de la Biomasa de Galicia, con el argumento de los beneficios social, económico y medioambiental que supone la medida para todos los españoles, sean o no consumidores directos de biomasa.

 

También sería un acicate que la instalación de sistemas de calefacción con biomasa se beneficiara de la reducción del IBI y otros impuestos municipales de la misma manera que ocurre con otras renovables.

 

El ejemplo de administraciones públicas que instalen equipos de calefacción con biomasa sustituyendo a los combustibles fósiles en sus edificios creo que tendría un potente efecto tractor en la ciudadanía.

 

Centrales eléctricas con biomasa de forma sostenible

 

La generación eléctrica con biomasa conlleva importantes valores añadidos al generar empleo, principalmente en entornos rurales, y contribuir a gestionar y valorizar residuos forestales y agrícolas, lo que es fundamental para la lucha contras los incendios forestales.

 

 

La generación eléctrica con biomasa conlleva importantes valores añadidos.

 

Creo que los 380 MW previstos por el gobierno para el periodo 2020-2025 podrían aumentarse hasta 700 MW con plantas ubicadas en las zonas apropiadas y cerca de los recursos biomásicos tanto forestales como agrícolas: podas de viñedos, frutales, paja y otras agrobiomasas. Por otra parte, limitar la potencia de las plantas a 20 MW facilitaría la logística del biocombustible, favoreciendo un suministro cercano y más sostenible.

 

Biomasa disponible para valorización energética

 

En la actualidad, en España se utilizan alrededor de 10 millones de toneladas de biomasa para generar energía térmica y eléctrica. Pero tenemos más capacidad, ya que nuestro país dispone de más de 20 millones de toneladas anuales de biomasa agrícola y forestal valorizables y de más de 50 millones de m3 de residuos ganaderos y agroindustriales que es necesario gestionar cada año.

 

«En España se utilizan alrededor de 10 millones de toneladas de biomasa para generar energía térmica y eléctrica, aunque la capacidad es superior»

 

Creo que en los próximos años debemos centrar esfuerzos para movilizar de forma sostenible la biomasa infrautilizada y dirigirla al sector energético, que dispone de tecnologías de valorización tanto para electricidad como para energía térmica sólidas y fiables y cadenas de suministro bien asentadas.

 

Sin olvidar la urgencia de reducir la acumulación de biomasa, y de energía, en nuestros montes que complica o imposibilita la extinción de los terribles incendios forestales, una de las incontestables evidencias del cambio climático.

 

El gas renovable, el as en la manga para sustituir al gas fósil

 

España podría llegar a producir 45 TWh con biometano en 2030 y 122 TWh en 2050 para colocarse en el tercer puesto de Europa si logra implantar las tecnologías, procesos y modelos de negocio necesarios para valorizar los materiales disponibles, algunos aún raramente valorizados.

 

El papel de agricultores y ganaderos en la movilización de agrobiomasa y la expansión del gas renovable va a ser básico: la valorización de los subproductos agrícolas y ganaderos les permitirá ser percibidos como parte de la solución a la contaminación y no como generadores de la misma.