Climatización y refrigeración, cinco décadas de evolución y avances: un análisis de Arcadio García Lastra

Climatización y refrigeración, cinco décadas de evolución y avances: un análisis de Arcadio García Lastra

Coincidiendo con el 50 aniversario de Atecyr, desde la patronal de técnicos analizan para ClimaEficiencia la evolución sufrida por el sector de la climatización y refrigeración en estas cinco décadas, una etapa “crucial” para su desarrollo, marcado por la  investigación e innovación tecnológica y por las exigencias reglamentarias.  

 

 

 

Por Arcadio García Lastra, Vicepresidente y secretario del Comité Técnico de Atecyr

 

 

 

 

 

En 2024, Atecyr cumple 50 años trabajando por la climatización, la refrigeración y el medio ambiente. 50 años trabajando por y para los técnicos del sector,  unos técnicos que decidieron agruparse para el intercambio de conocimiento ante los retos que la climatización y la refrigeraciones presentaban en España, retos como el desarrollo de nuevas tecnologías y nuevas necesidades de las instalaciones térmicas de los edificios, la crisis energética el consumo racional de energía. Retos que quedaron plasmados en el acta fundacional de 1974 pero que hoy, 50 años después, siguen en plena vigencia para el sector.

 

Estos 50 años en el sector han sido cruciales para su desarrollo, por eso, hemos recabado  la opinión de los socios y  los miembros del Comité Técnico de Atecyr con lo que hemos podido estructurar, de forma somera, el siguiente artículo donde hacer un repaso por los últimos 50 años del sector de la climatización y la refrigeración, destacando los principales hitos de las últimas décadas.

 

La evolución tecnológica sufrió sus primeros cambios por la propia innovación e investigación de fabricantes en particular y de la sociedad científica en general, también por tendencias propias del mercado. Las últimas transformaciones han sido fruto de exigencias reglamentarias (fundamentalmente en la última década) por los distintos mecanismos técnicos y legislativos por todos conocidos.

 

A lo largo de todos estos años se asiste no sólo a la aparición de nuevos equipos, sino también al desarrollo y perfeccionamiento de los procedimientos de cálculo y a los datos de partida necesarios para implementar dichos cálculos. Las primeras instalaciones de climatización que existieron se utilizaron para ambientes industriales y se remontan al comienzo del siglo XX en los EEUU. A partir de ahí, los avances tecnológicos de los fabricantes y la forma de trabajar en el diseño de la propia instalación por parte de las ingenierías fueron sufriendo  transformaciones, que de forma muy resumida, intentamos presentar a continuación.

 

 

 

Los sesenta: década de las empresas instaladoras

 

Las instalaciones de aire acondicionado, utilizando un término de la época, comienzan a extenderse por la geografía española, principalmente a través de edificios singulares de grandes compañías, bancos, hoteles, hospitales y edificios comerciales. El sector tiene una estructura muy simple, recayendo en la empresa instaladora una gran parte de la misma, excepción hecha de algún fabricante nacional de equipos de refrigeración, representantes o distribuidores de equipos extranjeros, preferentemente norteamericanos, así como de material de control. El instalador tenía que hacer frente a la fabricación de conductos de chapa, climatizadores, hoy unidades de tratamiento de aire, etc. Eran años donde el instalador hacía el papel de ingeniería, con técnicos en plantilla que proyectaban gran parte de las instalaciones que ofertaban y equipos de delineantes, mecanografía, etc.

 

Los setenta: década del mantenimiento

 

Fueron años para los pioneros del mantenimiento, actividad inexistente hasta estas fechas, que tuvieron que ir convenciendo de la necesidad de un mantenimiento diferenciado a la propia organización, normalmente una empresa instaladora, que les cobijaba y a los usuarios o propietarios de las instalaciones que atendían.

 

El mantenedor que iba buscando una instalación con menos problemas, más fácil de reparar y de mantener, fue el contrapunto del técnico proyectista y ejecutor, haciendo las veces de un control de calidad final. Esta etapa sirvió para mejorar la calidad de las instalaciones y concienciar a los diversos agentes económicos que componían este proceso, que el mantenimiento era imprescindible en un mercado en alza, en donde las instalaciones iban creciendo en progresión geométrica cada año.

 

La importancia del mantenimiento se evidenció en la década de los setenta, una etapa de concienciación sobre la calidad de las instalaciones

 

 

Con estas premisas, es obvio que el término mantenimiento, que hoy utilizamos de forma generalizada, no sólo no era conocido, sino que ni siquiera, convenientemente aplicado como hoy lo entendemos. Estas empresas surgen en un mercado claramente dominado por las empresas instaladoras, que se multiplican al crecer fuertemente la demanda de confort de los usuarios, al mejorar el nivel de vida por causa del crecimiento económico de España en general, y en particular, por el fuerte tirón de la construcción, como motor de nuevas instalaciones. El uso de la calefacción centralizada por carbón o fuel-oil es generalizado, y los equipos de aire acondicionado fabricados en España cubren la oferta necesaria, llevando por tanto el aire acondicionado (climatización) a cualquier tipo de local o edificio. Asimismo, la oferta en todo tipo de materiales y equipos aumenta, contribuyendo todo ello a facilitar y mejorar las instalaciones que abarcan no sólo los edificios nuevos sino a los existentes.

 

Un hecho importante que sucedió en los «setenta» y que tuvo grandes consecuencias para el sector, fue la crisis del petróleo. El sector de la climatización, calefacción y agua caliente sanitaria no fue ajeno a este problema, cuanto más, cuando el combustible preferente para calefacción era el gasóleo, que había sustituido en este tiempo al fuel-oil. A finales de los «setenta» muchas empresas, fundamentalmente las grandes, desaparecen del mercado al no poder soportar la disminución de la demanda de instalaciones al entrar España en una recesión económica.

 

 

 

Esta recesión no afecta por igual a las empresas de mantenimiento y a los instaladores.  Las empresas mantenedoras pasaron la crisis con apuros, pero con muy pocas bajas. Las empresas instaladoras grandes desaparecieron casi todas antes o después, y las que sobrevivieron tuvieron lógicamente que buscar trabajo donde fuera. De esta forma nos encontraremos que una mayoría emprendió, el camino del mantenimiento.

 

En 1976, aproximadamente, surgió el problema de la legionella, que tuvo consecuencias importantes para nuestro sector, a raíz de su aparición dejaron de instalarse las torres de refrigeración, por ser consideradas como responsables de algunos de los fallecimientos que ocasionó o la legionella, cuando hoy en día se sabe que el virus que genero esta enfermedad está en el agua de las redes públicas y es fácil de eliminarlo, ya que no aguanta temperaturas altas, pero las consecuencias han sido que se dejaron de usar las torres de refrigeración (evaporatívas), sustituidas por condensadores de aire, cuyo rendimiento es bastante peor.

 

Los ochenta: inicio de la reglamentación

 

El desarrollo, en todos los campos, de la informática, irrumpe en el sector con una doble vertiente, por un lado como herramienta para un control más sofisticado de las instalaciones que componen los edificios. La utilización de la informática, con todo lo que ello conlleva, ha permitido diseñar las instalaciones con un control más fiable, que tiene en cuenta un sin fin de variables y de situaciones distintas, dando respuesta a cada una de ellas. Con una gestión integral de todo el edificio que prevé cualquier contingencia y que permite un uso más racional de las instalaciones, con el confort deseado y utilizando la mínima energía posible. Otra aportación importante es que ha popularizado el empleo de un control más exigente, al aumentar las prestaciones a satisfacer por un precio muy inferior.

 

La utilización de la informática, en los años ochenta, permitió diseñar las instalaciones con un control más fiable

 

La otra vertiente que apuntábamos, se refiere a las gestión que de las instalaciones debe hacer el mantenedor, el dedicar un personal de forma permanente a la supervisión del funcionamiento de las instalaciones. El empleo de la informática ha permitido conectar las instalaciones que lo deseen, a un centro de control y supervisión que sigue y registra su funcionamiento las 24 horas, permitiendo actuar a distancia sobre los puntos de consigna que se fijen, que detecta y señala cualquier anomalía, en el funcionamiento de la instalación, a un precio razonable y asequible.

 

Los noventa: se impone el concepto de ahorro de energía

 

La irrupción de la informática, en los ochenta, alcanzó su máximo desarrollo en los años noventa, siendo la causa de que las empresas de mantenimiento tengan que cambiar la forma de ejercer su actividad, teniendo que adaptares, si no quieren perder el tren. El cambio no sólo afecta a la «forma» de cumplir con su objetivo social, sino al «fondo» que cada empresa desarrolla para cubrir su actividad. Es la informatización total de la empresa.

 

De esta nueva gestión de las instalaciones a mantener, que supone una nueva forma de hacer el mantenimiento predictivo, preventivo y correctivo y que requiere una financiación nueva y en algunos casos muy importante, junto con el concepto de mantenimiento integral de un edificio, surge una concepción de la empresa de mantenimiento mucho más grande en medios humanos, técnicos y económicos de lo que venía siendo habitual. Las empresas instaladoras también evolucionan adaptándose a las nuevas formas de contratación de las obras, donde la figura del contratista principal recobra una fuerza importante, en las empresas constructoras. Las ingenierías, con escaso desarrollo hasta entonces, por la falta de demanda, comienzan a surgir como asesores de grandes propiedades o como complemento de los estudios de arquitectura.

 

La aprobación del RITE, en el 98, supuso un giro en la forma y manera de proyectar, montar y mantener las instalaciones, al regularizar unas exigencias mínimas a alcanzar

 

Todo ello da origen a la entrada de grandes grupos o empresas que hasta ahora no se habían preocupado de este sector, ello también unido a un argumento puramente económico de abarcar cuantas más actividades se muevan alrededor de un mismo cliente mejor, no dejar que de nuestra actividad se escape hacia otros, ningún volumen de negocio posible que pueda generarse directa o indirectamente.

 

La apertura en el 93 para España de fronteras dentro de la CEE no supuso para el sector grandes variaciones, porque los que tenían que estar, en una gran mayoría ya lo estaban. Sí tuvo una influencia importante la normativa que finalmente se adoptó para el sector desde Bruselas.

 

Esta normativa se concretó en España en un Real Decreto 1751/1998, por el que se aprobó el reglamento de instalaciones térmicas en los edificios, conocido por el sector como RITE, el cual represento un giro en la forma y manera de proyectar, montar y mantener las instalaciones, al regularizar una exigencias mínimas que deberían alcanzar las instalaciones térmicas en los edificios y fijar las responsabilidades de cada actividad empresarial que intervienen en toda instalación desde su comienzo hasta su funcionamiento, fabricantes, proyectistas, instaladores, mantenedores, propiedades y usuarios.

 

Surgen los paneles solares como generadores de agua calienta con una aplicación clara en el agua caliente sanitaria.

 

 

Década de los años 2000 a 2010: época de la eficiencia energética

 

La estructuración del mercado se afianza evolucionando de empresas de tipo medio a grandes grupos, muchas provenientes de empresas constructoras y multinacionales que diversifican su actividad entrando en las diversas áreas que se van formando.

 

  • La fabricación se concentra en empresas extranjeras en una gran mayoría con la compra de las empresas locales.
  • Las instaladoras se difuminan en un mayor número de empresas generalmente de tamaño medio o pequeño, más manejables por el contratista principal, la constructora.
  • Las mantenedoras se concentran en grandes grupos con un gran poder de financiación para dar respuesta al nuevo reto de mejorar la eficiencia energética de los edificios.
  • Las Ingenierías siguen sin poder tener un papel relevante en el diseño de instalaciones por estar muy condicionados los proyectos a los estudios de Arquitectura.

 

Irrumpe con fuerza la generación de energía fotovoltaica apoyada por un tratamiento muy favorable desde la administración Pública.

 

En la primera década del siglo XXI, la estructuración del mercado se afianza evolucionando de empresas de tipo medio a grandes grupos

 

La normativa desde la UE alcanza un fuerte desarrollo que condiciona la normativa nacional, complicada con las transferencias dadas a las Comunidades Autónomas, las principales normativas que afectaron a nuestro sector fueron  : Directiva 2002/91/CE sobre Eficiencia Energética en los Edificios (2002), RD. 314/2008 por el que se aprueba el Código Técnico de la Edificación (CTE) (2006) , Directiva 2006/32/CE Eficiencia energética de uso final de la energía y los servicios energético y el Nuevo Plan de Energías Renovables 2011-2020.

 

Toda esta normativa no ha hecho sino condicionar el desarrollo de las nuevas instalaciones de esta década dando prioridad a destacar en dos conceptos.

 

  • Energías Renovables.
  • Calificación Energética de los Edificios.

 

En esta década irrumpen en el sector las empresas constructoras, que ya empezaron en los noventa, absorbiendo todas las fases en que se desarrolla una instalación térmica de un edificio, se convierten en el contratista principal y único que asume la ejecución del edificio y de todo lo que el mismo contiene, y hay están nuestras instalaciones térmicas.

 

Década de los 2010 a 2020: reconocida como la del impacto medioambiental

 

En estos años, ha habido un gran cambio por la importancia que ha adquirido el medio ambiente, la preocupación de lo que supone el uso de las diferentes energías y su impacto ambiental. El uso de los refrigerantes clásicos, que han sido sustituidos por otros nuevos, para evitar la reducción de la capa de ozono, que nos protege y nos facilita la vida. Todo ello nos ha llevado a considerar los edificios de consumo de energía casi nula, como el prototipo a seguir y la meta a conseguir en las instalaciones térmicas actuales.

 

El salto a considerar como imprescindible son las fuentes de energía renovables y el uso de paneles, tanto térmicos como fotovoltaicos. Hay que conseguir instalaciones eficientes térmicamente, que por supuesto ahorren energía y que sean respetuosas con el medio ambiente y sostenibles.

 

 

Las bombas de calor en sus diferentes formas, han irrumpido en el mercado con mucha fuerza, al ser consideradas como una energía renovable y por ello han desplazado a las calderas convencionales, hasta el punto que la mayoría de sus fabricantes han incluido estos equipos en sus catálogos.

 

Y cuanto más con la reciente ley sobre el autoconsumo a nivel doméstico, que permite a cualquier usuario de una instalación térmica el uso de paneles fotovoltaicos que le produzcan la suficiente energía para su funcionamiento y la que sobre, la puede compensar o vender a la red.

 

En cuanto a la normativa vigente, durante la década de los 2010 se debe resaltar:

  • RD 1027/2007 Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios y su modificación en 2013 (RD 238/2013),
  • RD 552/2019. Reglamento de seguridad de instalaciones frigoríficas,
  • RD 235/2013 de Certificación energética en edificios.
  • RD 314/2013. Código Técnico de la Edificación.

 

Década de los 2020: el reto de la descarbonización

 

Los últimos cuatro años han supuesto un decidido impulso, desde la reglamentación europea, al proceso de descarbonización. Sin duda, los máximos históricos que se han alcanzado en las temperaturas de la biosfera, junto con el mayor ritmo de fenómenos climáticos adversos y la volatilidad de los precios de la energía ocasionados por diversas situaciones geopolíticas, han propiciado una mayor conciencia social sobre la necesidad de descarbonizar la economía y lograr un modelo circular y sostenible de la misma.

 

Entre las acciones normativas más importantes cabe destacar:

 

  • El Reglamento sobre los gases fluorados de efecto invernadero, popularmente conocido como F-GAS. Este reglamento, impone fuertes restricciones a los gases, no solo para uso como refrigerantes, de alto poder de calentamiento atmosférico y un gran recorte de asignación de cuotas de HFC, que marcará la descarbonización del sector y obligará a los fabricantes de sistemas a buscar alternativas menos agresivas con el medioambiente en caso de fugas.

 

A partir de 2010, el medio ambiente adquiere gran importancia, con la preocupación del uso de las diferentes energías y su impacto ambiental

 

  • Directiva relativa a la eficiencia energética, que exige que los Estados miembros garantizarán colectivamente una reducción del consumo de energía de al menos el 11,7 % en 2030 en comparación con las previsiones de la hipótesis de referencia de 2020, de modo que el consumo de energía final de la Unión no supere los 763 Mtep. Los Estados miembros se esforzarán por contribuir colectivamente a que el objetivo orientativo de consumo de energía primaria de la Unión no supere los 992,5 Mtep en 2030.

 

  • Directiva de promoción de la energía procedente de fuentes renovables, cuyo objetivo es aumentar la utilización de energía procedente de fuentes renovables para combatir el cambio climático, proteger el medio ambiente, reducir la dependencia energética de la UE y contribuir al liderazgo tecnológico e industrial de la UE, al crecimiento y a la creación de puestos de trabajo, incluyendo zonas rurales y aisladas.
  • Directiva de eficiencia energética de los edificios, bien conocida como EPBD o DEEE en sus siglas en español.

 

Los edificios son responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero antes, durante y después de su vida útil. La visión para 2050 de un parque de edificios descarbonizado va más allá del enfoque actual sobre las emisiones operativas de gases de efecto invernadero.

 

Referente en la eficiencia de las instalaciones térmicas

 

Estamos sin duda ante retos importantes que es imprescindible superar si queremos conservar el actual modo de vida y bienestar del que disfrutamos, y por eso Atecyr pone todos los medios y conocimiento acumulado durante 50 años a disposición de sus socios y las Administraciones, respetando siempre los valores que han hecho de esta Asociación, un actor de referencia en la eficiencia  energética de las instalaciones térmicas de los edificios:

 

  • Compromiso: con una marcada vocación de servicio al asociado. Un compromiso que se renueva a diario para ofrecer soluciones que le ayuden a crecer profesionalmente. Dirigimos toda nuestra energía para conseguir que la Asociación sea un punto de encuentro en el que los técnicos del sector se sientan como en casa.

 

  • Confianza: 50 años de servicio, dan respuesta a la confianza que los socios tienen depositada en la Atecyr como un compañero que de la mano, recorre un mismo camino, trabajando juntos por el buen desarrollo del sector de la climatización y la refrigeración.

 

  • Independencia: uno de los valores principales valores que ha regido siempre la Asociación a lo largo de toda su trayectoria. El Comité Técnico está formado por profesionales de experiencia y conocimiento reconocidos, actúan bajo el criterio de la viabilidad técnica al margen de intereses comerciales.

 

  • Integridad: tratamos día a día de proceder con honradez y honestidad, respetando y atendiendo a las opiniones de todos los que participan en las actividades que llevamos a cabo. Un respeto que está presente en la atención personalizada que brindamos a todos, utilizando cualquiera de los canales de comunicación establecidos.

 

  • Imparcialidad: la posición de los órganos de gobierno de Atecyr, se basa siempre en un análisis de viabilidad técnica sin prejuicios ni influencias externas.

 

  • Rigurosidad: cada documento técnico o de posicionamiento que se publica desde la Asociación, está supervisado por el Presidente del Comité Técnico, el Secretario Técnico de la Asociación, y los expertos designados para cada una de las temáticas que entran dentro del ámbito de actuación de Atecyr

 

Valores que han guiado a Atecyr durante estos 50 años en los que ha trabajado por la climatización, la refrigeración y la defensa del medio ambiente, y que sólo son el principio de nuestro compromiso con el sector y sus técnicos.