El papel de las asociaciones en una etapa de cambios y transformación

El papel de las asociaciones en una etapa de cambios y transformación

Cambiar el paradigma de las Asociaciones para crear ilusión y atraer el talento joven, además de saber transmitir mejor el trabajo de ‘lobby’ de las asociaciones, a la hora de equilibrar el mercado y velar por su seguridad, fueron temas recurrentes que pusieron sobre la mesa los participantes de la jornada ‘Presente y futuro del asociacionismo en el sector instalador’, que se celebró en el marco de la primera edición de COFIAN 2021, Congreso y Feria de los Instaladores andaluces, que cerró sus puertas el pasado 7 de octubre en Fibes Sevilla con un gran éxito de participación.

 

Transmitir cercanía

Reflexiones similares basadas en la unidad y la cooperación de los actores implicados, en saber escuchar al mercado para mejorar el servicio o en esforzarse “en transmitir cercanía”, dejaron los participantes de este encuentro, centrado en definir el escenario en el que se mueve el sector y dar con las claves que vertebran su futuro y fortalezas en unos momentos de cambio y transformación, en los que la unidad es más imprescindible que nunca.

La mesa de debate estuvo integrada por los máximos representantes de Asociaciones con mucho peso en la cadena de valor del material eléctrico. Miguel Ángel Gómez, de FENIE; Juan Manuel Plata, de FADIA; Francisco Alonso, de CONAIF; Eduard Sarto, de ADIME, y Esther Estévez, de AMASCAL, formaron el plantel de profesionales reunidos en torno a una mesa moderada y conducida por Francisco Florido, especialista en marketing y comunicación del sector energético.

“Somos conscientes de que estar unidos en el mundo del asociacionismos significa alcanzar cuotas y metas más elevadas”, aseguró Miguel Ángel Gómez, de FENIE, máxime cuando aún está latente una crisis sanitaria de la magnitud de la del Covid-19, que no ha dejado indiferente a nadie, incluido este sector que ha sabido reaccionar y reinventarse de manera urgente, asumiendo la digitalización de forma muy rápida. Algo que no podría haberse hecho sin el apoyo prestado por las Asociaciones “que han sabido estar a la altura”, aportando “visibilidad” a estos colectivos, matizó Gómez en la primera reflexión de este coloquio.

“Hemos transmitido la necesidad de utilizar la Asociación como elemento útil para obtener los resultados que queremos”,  apuntó el representante de FADIA, justificando que la “usabilidad forma parte de la esencia de estas entidades”, que han de orientar su estrategia a identificar qué tipo de servicios y requisitos precisa el sector y adelantarse a su demanda, ayudando a las empresas a estar preparadas para dar el máximo a clientes y “conseguir sus fines”, precisó Plata.

 

Apostar por la escucha activa

Alineándose con esa necesidad, el responsable de CONAIF apostó por “la escucha activa”, por entender y “poner en valor” lo que el asociado necesita en estos momentos en que el cambio de paradigma es una realidad. Hay que trabajar en la idea de transmitir a los instaladores la necesidad de “apostar por la cualificación”, por una formación necesaria en “nuevas tecnologías” y una adecuación a la transformación digital, poniendo como ejemplo el plan de digitalización de CONAIF, enfocado a detectar las necesidades de cada empresa para apoyarlas de forma personalizada en ese recorrido tecnológico.

En este punto del debate, Sarto apostó por la necesidad de “transmitir cercanía” y tratar al asociado “como si fuera un cliente”, al que es necesario escuchar y atender, tenerle informado y estar al tanto de sus exigencias, conscientes de que “no todos tienen las mismas necesidades”, no sólo por volumen, sino también “porque su visión del negocio también varía de unos a otros”. El responsable de ADIME tiene claro que hay que “hacerles sentir que son sector, y no una parte del mismo”, al tiempo que aboga por una cercanía real, que permita detectar “unas necesidades  distintas y cambiantes”.

Sin dejar de lado la necesidad de “seguir dando servicio a nuestros clientes” a través del conocimiento y cercanía, Esther Estévez fue un poco más allá, asegurando que “de vez en cuando, también es necesario que los asociados nos perciban como ese ‘enemigo’ menos complaciente y capaz de ofrecer mayor realismo”. Lo contrario sería caer en una falsa complacencia. Se trata de ver los problemas y oportunidades de forma conjunta, de constatar “que estamos a su lado, aunque no siempre diciendo lo que quieren oír”.

La unanimidad fue general cuando se trató el tema de la formación y por la necesidad de “ser activistas” de una profesionalidad capaz de hacer frente a la realidad cambiante. “Es labor de las Asociaciones darles las herramientas necesarias para ayudarles a seguir siendo competitivos”, aseguró Gómez, mientras que Plata abordó otra problemática muy candente, la falta de especialistas. “Si bien las Asociaciones estamos haciendo una importante labor educativa de la profesionalización del sector, la realidad nos deja que vivimos en una sociedad tecnológicamente muy avanzada y que no tenemos profesionales”.

Con dos temas de gran calado sobre la mesa: la falta de ‘viveros de profesionales’, ya que la Formación Profesional está muy denostada y adolece del “glamour necesario”, según apuntó Estévez, y un relevo generacional que no se cubre, los ponentes coincidieron en reivindicar el papel de intermediarios de las Asociaciones para conseguir que las empresas continúen y no cierren, poniendo en marcha actuaciones que contrarresten ambos problemas. También se abogó por profundizar en otra de las asignaturas pendientes: transmitir y visibilizar las capacidades y logros de las Asociaciones, ya que a veces ese trabajo y esfuerzo no es percibido en toda su dimensión por los integrantes.

 

Tendencia a concentrarse

En la recta final del encuentro, Sarto aventuró otra cuestión igual de importante: no perder de vista la tendencia a la concentración ya que “los nuevos modelos de negocio se presumen muy diferentes, con nuevos actores que, en muchos casos, son más potentes, más estructurados y con más recursos”. Ese nuevo escenario requiere unos Asociaciones activas, que “piloten esa tendencia para evitar que se diluya la riqueza del sector”, sentenció el responsable de ADIME.

Todo ello con el convencimiento de ser agentes claves y parte importante de la transformación de modelo energético, ya que el colectivo instalador, pese a ser un sector muy complejo, integrado por muchas pymes con serias dificultades para afrontar los retos del cambio de paradigma, tiene por delante un futuro muy prometedor y un papel relevante que desempeñar.