Guía ‘Rehabilita Saludable’: un paso más en la formación de un ecosistema para aplicar la salud a la rehabilitación

Guía ‘Rehabilita Saludable’: un paso más en la formación de un ecosistema para aplicar la salud a la rehabilitación

El pasado 13 de abril se presentó la segunda parte de la guía de “Edificios y salud: Reinventar el hábitat pensando en la salud de las personas”, elaborada por expertos del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), Green Building Council España (GBCe) y el Clúster Hábitat Eficiente (AEICE).

 

La guía ‘Rehabilita Saludable’, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) y la colaboración de la Junta de Castilla y León, presenta ejemplos de actuaciones compatibles con las ayudas de los Fondos Next Generation EU y parámetros saludables a las rehabilitaciones energéticas. En definitiva, una guía de actuaciones en rehabilitación para fomentar el cuidado de la salud en los edificios hecha por profesionales.

 

Una labor conjunta

 

En la presentación, el presidente del CGATE, Alfredo Sanz señaló que “con guías como esta compartimos el conocimiento de una manera transversal en beneficio de las personas y sus hogares”. Y, aunque, los destinatarios de este manual son en principio los técnicos que van a actuar sobre las viviendas y edificios, “los profesionales debemos plantear soluciones y anticiparnos a los problemas de las personas”. De esta manera se ayuda a los técnicos a valorar parámetros mejorables en las intervenciones de las rehabilitaciones procurando beneficios para la salud de sus habitantes.

 

Por su parte la directora general de GBCe, Dolores Huerta, manifestó que esta es una guía muy práctica que sirve para que el ciudadano sepa cómo contribuir al confort y salubridad de su vivienda. “No podemos olvidar que existe una necesidad e inquietud social y de salud”. Para ello hay que actuar primero en los edificios ya existentes, adaptándolos y mejorándolos para que se ajusten a las necesidades de los ciudadanos.

 

Según Enrique Cobreros, director de AEICE, el resultado de ‘Rehabilita Saludable’ demuestra la fuerza de la colaboración entre profesionales, el apoyo multidisciplinar con la participación de 50 expertos y la importancia de construir sobre las fortalezas y, finalmente, la continuidad de seguir formando un ecosistema para aplicar la salud a la rehabilitación.

 

Principales aspectos de la guía

 

Prologada por Francisco Javier Martín, director General de Vivienda y Suelo del Mitma, con esta guía se anima a todos sus lectores a aprovechar los fondos Next Generation EU y trabajar por conseguir los mejores edificios posibles, incrementado a su vez las condiciones de confort y salud de sus habitantes.

 

 

En la guía, que es fruto del trabajo que han realizado durante meses un equipo multidisciplinar de 50 expertos de las tres entidades, se detallan las actuaciones previas a realizar en el proceso rehabilitador (mediante un informe de estado inicial basado en el Libro del Edificio Existente); la valoración de este primer diagnóstico con recomendaciones para mejorar la salud de las personas; seguido de otro tipo de ejecuciones sobre la envolvente opaca, las instalaciones, los huecos de la envolvente e, incluso, posteriores a la obra en sí. 

 

Este manual incluye, además, 11 recomendaciones para un uso saludable destinadas al usuario final, entre las que se encuentran evitar la acumulación de polvo en zonas poco visibles, implementar sistemas de higiene electromagnética de cara a apagar sistemas inalámbricos cuando no se están utilizando, utilizar plantas en casa o elegir equipos que no superen los 75 dB, entre otras medidas.

 

En su presentación, 7 coordinadores de los grupos de trabajo que han elaborado la guía expusieron las principales conclusiones de sus trabajos, reflejados en el documento.

 

Confort higrotérmico. Consuelo Acha señaló que han intentado hacer ver que no se puedan perder las condiciones de temperatura y humedad en los espacios, por lo que se han analizado condiciones de verano e invierno, lo que supone aislar, mejorar las soluciones técnicas, tanto por el exterior como el interior…es la primera estrategia a tener en cuenta. En verano debemos protegernos del sol y aplicar medidas pasivas.

 

 

Salud y calidad interior. Daniel García de Frutos indicó que estamos de la transición del verde al azul en edificación (‘edificios turquesa’, señaló). Para estos aspectos hay carencia de información; debe haber sensores (de presencia y CO2), mapas de contaminación exterior (para tomar decisiones) o sondas exteriores, sensores de humedad y alarma de ventanas abiertas. Esta información es para tener un control sobre los niveles de CO2 a los que nos tenemos que adaptar con ventilación y dar flexibilidad en rehabilitación (no solo en cubierta) y siempre teniendo en cuenta la normativa vigente (sistemas contemplados de ventilación de doble flujo o control de edificios). Un ejemplo es el gas radón que nos hace ir por detrás en estos aspectos.

 

Confort acústico. Ana Espinel mostró que el tema acústico aún es poco tenido en cuenta. Para la guía se fijaron en las bajas frecuencias que no se miden así como en los motivos de la rehabilitación. El tema acústico es transversal y supone proteger a las personas del ruido dentro de los edificios, mejorando el confort, identificando los usos. De esta forma hay que tener en cuenta los materiales (prestar atención a las fichas técnicas de ensayos); hacer rehabilitación para la mejora del aislamiento térmico (no se cumple con la acústica, normalmente), la sustitución de instalaciones (maquinarias y condiciones…uno de los puntos clave), la dotación del ascensor (aislar y amortiguar acústicamente los huecos) y las instalaciones de ventilación. Otras cuestiones a tener en cuenta: distribución exterior, accesos y portales y un manual para los usuarios. Entre tanto se ha publicado la norma de referencia 74201 de edificios acústicamente saludables. Finalizó Espinel señalando que el edifico debe estar medido (con una trazabilidad y garantía).

 

Iluminación. Alejandro Payán expuso que lo primero es ver la vivienda en el marco de los fondos NG, conocer al usuario, para adecuarnos a lo que necesita (hacer un diagnóstico inicial). Así plantearon una encuesta sobre el modo de vida de las personas: los espacios deben cumplir con su función, saber la rutina diaria de los usuarios (tiempo que estamos expuestos a iluminación natural, horas de trabajo, sueño, impacto lumínico,…). La forma es avanzar en espacios biofílicos, con control solar y aumento de la superficie. Si podemos alcanzar confort con iluminación artificial, con una combinación de temperaturas y automatización (eficiencia energética, salubridad,..).

 

Ergonomía, accesibilidad y movilidad. Carmen Fernández indicó que más importante es tener en cuenta cómo vive el usuario (temas de salud, edad, soledad,…) para que su vivienda sea lo más cómoda posible. Hay pocos estándares y somos diversos: así definieron tres tablas de actuaciones de accesibilidad en relación con la mejora energética y muchas veces son cuestiones de cambio de mentalidad e ir por delante de las necesidades. Lo último fue analizar otras cuestiones como un anexo a la Ley de recomendaciones de cómo debe ser un edificio para que sea saludable.

 

 

 

Calidad del agua. Carmen Devesa, en representación del grupo, señaló que el agua potable llega en buenas condiciones en general y caben mejoras, pero donde puede haber cuestiones es en la entrada (materiales como el plomo que afecta a la salud)…un parámetro son los materiales, proteger las tuberías o asegurar que no haya conexiones cruzadas. Destaca revisar retornos de aguas dado que no se suelen tener en cuenta las variaciones de presión y otras como instalación de filtros, descalcificadores, etc.

 

Electroclima. Sonia Hernández indicó que este aspecto es el ‘patito feo’ de todos los temas abordados en la guía. Han intentado poner coherencia, analizar aspectos como la radiación ionizante, los campos electromagnéticos, los ciclos cicardianos, los infrarrojos, así como los rayos Ultravioleta UV y los X. Esto afecta a nuestra biología que está expuesta a muchos impactos. Existen límites y lo que han hecho es intentar aplicar el principio de precaución: en instalaciones eléctricas (ante el incumplimiento del RBT en toma de tierra, evitar sobretensiones…en definitiva, cumplir la normativa), de telecomunicaciones (se necesitan datos, monitorizar, su control, salubridad electromagnética, frecuencias), en campos continuos (electricidad estática, las cargas electrostáticas). Conclusión: hay que aplicar responsabilidad y coherencia.

 

 

Juan López Asiaín, secretario técnico del CGATE finalizó la presentación, señalando que se espera que los edificios se rehabiliten mejor y sean más saludables con esta guía.

 

Descargar la guía