La bomba de calor protagoniza la línea 7 del macroproyecto tractor de rehabilitación
La electrificación de las instalaciones de calefacción y ACS, mediante la sustitución de equipos de calefacción y ACS que utilicen combustibles fósiles por equipos con tecnología de Bomba de Calor. Esta es la línea 7 de actuación del Macroproyecto tractor sobre rehabilitación de las instalaciones en los edificios, en el que trabaja AFEC y otras 23 organizaciones, para beneficiarse de los fondos europeos Next Generation.
Como recuerda AFEC, el proyecto está dividido en once líneas de actuación, entre las que se encuentra la sustitución de equipos antiguos de bajos rendimientos (calefacción, refrigeración y/o ACS), por otros con mejores prestaciones. La iniciativa pretende que, con la aplicación de los fondos europeos del Next Generation, haya una apuesta clara de la Administración por la aplicación de medidas activas de rehabilitación energética de los edificios que mejoren el rendimiento de las instalaciones técnicas de los edificios, a la vez que se reducen las emisiones de CO2 y el consumo de energía primaria no renovable. Y es que la implementación de estas actuaciones, mejorarán el bienestar de las personas, así como las condiciones de habitabilidad, salubridad, seguridad y conectividad de los espacios interiores.
Clave en la descarbonización
Los equipos bomba de calor, que protagonizan la línea 7 de las actuaciones, son soluciones que proporcionan calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria en hogares, oficinas, colegios, industrias, gimnasios, centros comerciales, etc., de forma eficiente y respetuosa con el medio ambiente, utilizando energía procedente de fuentes renovables.
Esta tecnología ocupa en la actualidad un papel protagonista dentro de los planes de descarbonización y de utilización de energías limpias establecidos por la UE, y son diversas las referencias que se hacen a estos equipos en las Directivas sobre Eficiencia Energética y sobre Energías Renovables, tanto para obra nueva como para rehabilitación.
Así, la consecución de estos objetivos pasa forzosamente por acometer actuaciones de renovación del parque inmobiliario, priorizando la eficiencia energética, y acelerando el despliegue de las energías renovables. Diversos estudios, concluyen que en la actualidad apenas el 25% de los edificios en Europa son eficientes energéticamente. En España, el 80% de los edificios están calificados por debajo de la letra D, es decir muy ineficientes desde el punto de vista energético, según el IDAE.
Por otro lado, la sustitución de los sistemas de combustión por otros que utilicen energías más limpias, potenciará la generación de empleo local, directa e indirectamente, entre los colectivos de empresas instaladoras, distribuidores y fabricantes.
Partiendo de que el uso de las energías limpias debe ser prioritario en nuestra sociedad para lograr los objetivos establecidos en el acuerdo de París, el usuario debe ser participe, promoviendo, entre otros, el cambio de los equipos de calefacción y ACS que utilicen combustibles fósiles por sistemas de bomba de calor de alta eficiencia.
Según el estudio realizado desde el Macroproyecto Tractor que promueve AFEC y otras 23 organizaciones más basándose en 600.000 viviendas, si se sustituyera la caldera convencional por la bomba de calor, se alcanzaría un ahorro de energía anual de más de 6 millones de MWh, lo que evitaría la emisión de más de 800.000 toneladas de CO2 al año. Un dato a tener en cuenta si queremos conseguir un futuro más renovable y donde la eficiencia energética sea una prioridad.
