La ventilación natural “no siempre es la mejor opción”, advierte Sodeca

La ventilación natural “no siempre es la mejor opción”, advierte Sodeca

La ventilación natural puede ayudar a disolver la contaminación interior, “pero a costa de introducir contaminantes, sin ningún tipo de control”.  Dado que la contaminación puede ser tanto interior como exterior,  “no potenciar una correcta ventilación mecánica y un amplio tratamiento del aire puede tener consecuencias nefastas para la salud a corto/medio plazo”, advierte  Carlos  Martínez, Técnico especialista en calidad de aire interior de la división Sodeca IAQ  .

El experto se refiere al  documento emitido el 9 de febrero pasado por el  Ministerio de Sanidad en el que se contemplaba  la ventilación natural como la opción preferente para hacer frente a la pandemia provocada por la COVID-19: “Este comunicado y las acciones aplicadas en entornos escolares han provocado en la sociedad una falsa sensación de seguridad y la creencia de que el aire natural es el mejor para la salud”, afirma Martínez.

Cai, salud y confort

Como recuerda Martínez, el concepto de Calidad del Aire Interior, CAI (en inglés, IAQ) hace referencia a los niveles de contaminantes presentes en el aire del interior de los edificios y pretende establecer una relación directa entre estos y la salud y el confort de la sociedad. La fuente de esta contaminación puede ser tanto interior como exterior. Para entender cómo realizar un correcto tratamiento del aire, se debe entender en primer lugar el origen y las características de cada uno de estos contaminantes.

 

Principales contaminantes asociados al aire que respiramos. (Fuente: Sodeca IAQ)

 

Contacto diario con contaminantes

Utilizar la ventilación natural para renovar el aire en el interior de los edificios y diluir los contaminantes presentes puede conllevar la entrada de otros contaminantes peligrosos. Los grandes núcleos de población adolecen de una calidad del aire exterior en ocasiones muy pobre, con concentraciones elevadas de contaminantes asociados, en general, a actividades de transporte, como los óxidos de nitrógeno (NOx), los Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) y las partículas en suspensión.

 

La ventilación natural puede ayudar a disolver la contaminación interior, pero a costa de introducir los contaminantes provenientes del exterior, sin ningún tipo de control. (Fuente: Sodeca IAQ)

 

En este punto, Carlos Martínez se refiere a las conclusiones del Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente), que  lleva 20 años monitoreando el crecimiento y desarrollo de 3.700 niños en distintos puntos de España: Los resultados muestran el impacto de la contaminación presente en las grandes ciudades en el tamaño al nacer, el desarrollo de la función pulmonar o el cognitivo.  El contacto diario con estos contaminantes puede provocar severas afecciones respiratorias, cefaleas e, incluso, mermar el desarrollo pulmonar y cognitivo de los niños. Así mismo en Europa se producen hasta tres veces más muertes relacionadas con la contaminación exterior que las provocadas por accidentes de tráfico”.

Eficiencia y confort

Además de los problemas de salud asociados a la ventilación natural, cabe destacar el efecto negativo que esto supone en la eficiencia energética y el confort térmico en el interior de los edificios. La legislación, tanto europea como española, ha puesto el foco en los últimos años en la importancia de la eficiencia energética de los edificios. Potenciar la ventilación natural como opción preferente pone en claro peligro los compromisos de la edificación con eficiencia energética.

Por ello, se debe ventilar con suficiente cantidad de aire fresco previamente tratado y/o tratar directamente el aire interior. En cualquiera de los casos, el camino siempre pasa por una ventilación mecánica eficiente y un tratamiento del aire completo.

Para una correcta eliminación de la contaminación interior, se debe ventilar con suficiente cantidad de aire fresco previamente tratado y/o tratar directamente el aire interior. (Fuente: Sodeca IAQ)

 

Carlos Martínez, concluye que “La mejor estrategia posible y, por tanto, la opción preferente para asegurar la máxima calidad del aire interior pasa por realizar una correcta ventilación con aire fresco, correctamente filtrado y debidamente desinfectado”, concluye Carlos Martínez.

Equipos certificados

Cada vez los equipos que existen en el mercado para el tratamiento de aire. No obstante, algunos de ellos pueden no disponer de garantías que certifiquen su eficacia y seguridad.

En este sentido, desde Sodeca IAQ se recuerda que sus  soluciones para la purificación de aire interior están certificadas por el cumplimiento de la normativa EN 14476 y cuentan con certificaciones validadas por laboratorios externos y organizaciones independientes, así como pruebas de campo siguiendo métodos estandarizados.