Baleares da un paso para abaratar la luz: creará una comercializadora pública basada en el autoconsumo

Baleares da un paso para abaratar la luz: creará una comercializadora pública basada en el autoconsumo

En unos momentos en los que la escalada en el precio de la luz parece no tocar techo, ya que de un día para otro se pulverizan los récords anteriores, el Gobierno de Baleares, uno de los más activos a la hora de adoptar medidas que le permitan combatir el cambio climático, anuncia la puesta en marcha de un proyecto de comercialización pública de energía, que permitirá mitigar esas subidas y abaratar la factura en los bolsillos de los consumidores.

Se pretende que la comercialización de la energía, que se pondrá en marcha bajo el impulso del Instituto Balear de la Energía (IBE) y que tiene como referentes las empresas energéticas creadas por algún que otro ayuntamiento -como los de Barcelona o Cádiz-, empiece a estar operativa para finales de año, fecha en la que empezará a comercializar a precio de coste los primeros kilovatios renovables.

Pionero en actuaciones emprendedoras, esteGobierno quiere cololar las placas fotovoltaicas en edificios públicos para generar energía y cubrir, en principio, los consumos de medio centenar de familias del entorno, sin pago de peaje alguno. Para conseguirlo, el camino a seguir establece que hasta finales de año se ejecuten seis instalaciones de energía solar con una potencia de 500 kW

 

Conforme a la Laye de Cambio Climático

Con esta medida, la administración actúa conforme a la Ley del Cambio Climático y Transición Energética de las Islas Baleares, aprobada en febrero de 2019 y que fija entre sus objetivos el impulso de instalaciones de autoconsumo compartido, que abastecerán de energía renovable a la población, a la administración y a las empresas en un radio de 500 metros.

El siguiente paso a dar consiste en identificar determinadas zonas con edificios públicos en los que, de conformidad con los Ayuntamientos, se instalarán placas fotovoltaicas suficientes para generar la energía que el edificio precise para su funcionamiento y, además, generar un sobrante para cubrir las necesidades de esas cincuenta familias del entorno, de acuerdo a criterios de solvencia económica y soberanía energética.

La pretensión fundamental de la medida pasa así por paliar los efectos de la pobreza energética sin perjuicio de que usuarios con un mayor poder adquisitivo también decidan apostar por el autoconsumo.

Pep Malagrava, director general de Energía y Cambio Climático, está plenamente convencido de que la medida permitirá reducir la factura de la luz a todos aquellos que se sumen al proyecto, que si bien arranca con las seis instalaciones citadas, instaladas cuatro de ellas en Mallorca, una más en Menorca y otra en Ibiza, la idea es orlas ampliando hasta llegar el próximo año a una treintena de instalaciones fotovoltaicas.

La inversión prevista en esta primera fase alcanza los 750.000 euros, de los que se contempla un retorno de 56.000 euros para 2022, con ahorros del 70% en la factura en las horas pico de más sol. Las previsiones apuntan a que en cinco años se amorticen estas instalaciones, pudiendo utilizarse los beneficios posteriores que generen a financiar nuevas instalaciones de autoconsumo.

Malagrava apuesta porque esta iniciativa se convierta en un ejemplo a seguir para emprender proyectos similares capaces de promocionar la “generación de energía pública para cada vez llegar a más gente”.