Eduard Salicru – «Llegar a los 60 años supone mucho más que un aniversario: es el reconocimiento a seis décadas de esfuerzo colectivo»
Este 2025 Salicru celebra 60 años desde su fundación en 1965. Eduard Salicrú, CEO de la compañía, reflexiona sobre el legado familiar, la innovación tecnológica y los retos de un sector energético en transformación.
P – Este 2025 Salicru celebra sus 60 años desde su fundación en 1965. ¿Qué significa para usted dirigir la compañía en un momento tan emblemático?
Llegar a los 60 años supone mucho más que un aniversario: es el reconocimiento a seis décadas de esfuerzo colectivo, de personas que han creído en un proyecto industrial nacido en un pequeño taller familiar y que hoy opera en más de 130 países. Dirigir Salicru en este momento tan simbólico es un honor, y representa la continuidad de un legado iniciado por mi padre, Jacint Salicrú, pero también la obligación de prepararla para el futuro, con la misma determinación y espíritu innovador que nos ha traído hasta aquí.
Hay una parte inevitablemente emocional: cada vez que entro en la fábrica pienso en lo que ha cambiado y, al mismo tiempo, en lo que permanece. Seguimos fabricando aquí, en el mismo entorno, con tecnología propia y una visión global, y nuestro compromiso es que estos 60 años sean solo el principio de una nueva etapa de crecimiento e innovación.
P – ¿Cuáles cree que han sido los elementos clave o “pilares” que han asegurado la continuidad y el éxito de Salicru a lo largo de seis décadas?
Los pilares han sido constantes: innovación, talento, compromiso y visión internacional. Desde nuestros inicios, hemos mantenido la voluntad de crear tecnología propia y de calidad, capaz de competir al más alto nivel. Esa apuesta por la innovación nos ha permitido evolucionar desde los transformadores reguladores de los años sesenta hasta los sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI/UPS) y soluciones energéticas inteligentes que hoy fabricamos para todo el mundo.
Otro brazo fundamental ha sido el talento y la implicación del equipo humano, una cultura industrial basada en el esfuerzo, la cercanía y la mejora continua. A ello se suma la capacidad de invertir de forma sostenida en I+D+i —alrededor del 5% de la facturación anual— y de reinvertir en nuestras propias instalaciones, duplicando la superficie productiva y modernizando procesos para seguir siendo competitivos.
Y finalmente, una visión internacional combinada con un fuerte arraigo local. Desde Santa Maria de Palautordera impulsamos proyectos en Oriente Medio, Asia o Latinoamérica, pero sin perder la esencia de empresa familiar catalana ni la relación directa con nuestros proveedores y entorno. Es la aplicación real de nuestra filosofía think global, act local: actuar en el mundo con mentalidad global, pero manteniendo el compromiso y la responsabilidad con nuestro territorio, nuestra gente y nuestros valores.
“El principal reto global es la electrificación”
P – Salicru es referente en SAIs/UPS. ¿Qué tendencias tecnológicas están transformando los SAIs/UPS?
Estamos en plena transición hacia sistemas más inteligentes, conectados y eficientes. La digitalización está permitiendo una monitorización predictiva y una integración total con infraestructuras críticas, data centers o entornos industriales. También observamos una clara tendencia hacia la sostenibilidad: baterías de ion-litio, reducción del consumo energético y materiales más reciclables. En Salicru invertimos un 5% anual de la facturación en I+D+i, con el foco puesto en desarrollar soluciones que aporten valor añadido al cliente y anticipen las necesidades de un mundo cada vez más electrificado y exigente.

Eduard Salicrú, CEO de Salicru
P – Recientemente han inaugurado una ampliación de sede, un paso significativo en infraestructura. ¿Qué motivó esta expansión y qué nuevas capacidades ha aportado? ¿Forma parte de una estrategia más amplia de crecimiento o diversificación de la compañía?
La ampliación responde directamente a nuestro plan estratégico de crecimiento e internacionalización. En cinco años hemos duplicado, prácticamente, la superficie de nuestra sede central en Santa Maria de Palautordera, por lo que contamos con más de 20.000 m² dedicados a producción, laboratorio, servicio técnico y logística. Aumentamos la capacidad productiva, mejoramos la eficiencia de los procesos e integramos nuevas líneas de fabricación, como la de planchistería, que ahora forma parte de nuestra cadena de valor. Esta inversión —más de 26 millones de euros en los últimos años— se enmarca en el objetivo de alcanzar los 200 millones de euros de facturación de aquí a tres años, impulsando las ventas en Oriente Medio, Asia y Latinoamérica, y reforzando el desarrollo de soluciones a medida para sectores estratégicos como el ferroviario o el energético.
“Invertimos un 5% anual de la facturación en I+D+i”
P – Tras seis décadas, ¿cuáles son los retos más relevantes que enfrenta actualmente Salicru?
Vivimos un momento de transformación profunda en el sector energético y tecnológico. El principal reto global es la electrificación: redes más extensas, interconectadas y sostenibles, que deben adaptarse a un consumo en constante crecimiento y a una generación cada vez más descentralizada y renovable. Garantizar la continuidad y la calidad del suministro eléctrico es más crítico que nunca.
Otro gran desafío es la explosión de la demanda energética de los centros de datos. La digitalización global requiere infraestructuras capaces de soportar una carga de potencia sin precedentes, y al mismo tiempo hacerlo con eficiencia y fiabilidad. Los SAI/UPS, tradicionalmente concebidos como sistemas de respaldo, están evolucionando hacia soluciones inteligentes que gestionan la energía, predicen fallos y optimizan el rendimiento. Y finalmente, y en paralelo, la securización de las infraestructuras críticas. Sanidad, transporte, telecomunicaciones o defensa dependen de un suministro estable y protegido. La ciberseguridad energética y la resiliencia eléctrica se están convirtiendo en prioridades estratégicas tanto para las empresas como para los gobiernos.
En Salicru afrontamos el día a día con la misma filosofía que nos ha acompañado durante estas seis décadas: escalar sin perder la agilidad ni los valores que nos definen. Anticiparnos a las necesidades del mercado, invertir en innovación y mantener un crecimiento sólido, sostenible y global. El futuro nos exigirá más capacidad técnica, más talento y más colaboración internacional, y estamos preparados para ello.


