El Observatorio de la Morosidad de Cepyme quiere atajar un problema que afecta la viabilidad de muchas pymes

El Observatorio de la Morosidad de Cepyme quiere atajar un problema que afecta la viabilidad de muchas pymes

El previsible incremento que alcanzará la morosidad durante este año, como consecuencia de la pandemia, ha impulsado a Cepyme a poner en marcha el Observatorio de la Morosidad, impulsado por la Comisión contra la Morosidad que preside Luis Collado.

Seguir avanzando en la lucha contra la morosidad, algo con lo que Cepyme lleva comprometida desde hace tiempo, es uno de los objetivos que mueve a esta iniciativa, con la que además se intensificará el seguimiento y el análisis en profundidad de la morosidad, tanto pública como privada, su evolución en los últimos meses y cuál es su impacto directo en las empresas, especialmente en las de menor dimensión.

 

Primera base de datos

Un primer paso es la creación de una primera base de datos sobre morosidad de acceso público, que facilita un modelo de seguimiento permanente de la evolución de la morosidad y contribuirá a adoptar las propuestas más adecuadas para combatir esta mala práctica comercial y evitar los daños que la misma ocasiona a las pymes.

Indicar que el Índice Sintético Cepyme de Morosidad Empresarial, que aporta el Observatorio de la Morosidad, mide las fluctuaciones coyunturales de los retrasos de pago basándose en los indicadores simples del Período Medio de Pago y el porcentaje de los importes pagados fuera de plazo. Pues bien, en el segundo trimestre del año se detectó un ligero descenso en comparación con el trimestre anterior. Sin embargo, la prevalencia de los retrasos en las cadenas de pago del tejido productivo nacional permaneció constante, con porcentajes del 68,7% en cuanto a facturas emitidas con retraso en el pago, un dato similar al registrado durante el primer trimestre.

El riesgo de morosidad se ha acentuado en los últimos meses por causas que a nadie se le escapan, no obstante se intenta atajar que vuelva a niveles elevados, con el consiguiente perjuicio para la financiación y la liquidez de las empresas que, en último caso, son las más afectadas, sobre todo las que cuentan con menores recursos, es decir, las pymes. Un colectivo al que la pandemia ha azotado con crudeza, acentuando además su pérdida de liquidez.

 

7 de cada 10 facturas retrasan sus pagos

Con los datos en la mano que confirman que casi 7 de cada 10 facturas conllevan retraso en su pago, las empresas tienen que afrontar un coste de financiación que, en el primer trimestre del año, se situó en 1.472 millones de euros, una cifra un 3,5% por encima del nivel del primer trimestre del ejercicio anterior y la más alta desde 2013, cuando el coste financiero alcanzaba casi los 2.000 millones de euros.

Desde hace casi una década, Cepyme viene articulando una estrategia de sensibilización contra la morosidad comercial que padecen las pymes, dirigida al ámbito de las relaciones mercantiles entre las empresas y de éstas con las administraciones públicas.

El Observatorio de la Morosidad refuerza ese objetivo de conseguir la progresiva reducción de los plazos de pago actuales, de acuerdo con los establecidos por la ley, “promover la difusión de los instrumentos legales con los que cuentan los empresarios para controlar la morosidad y fomentar las buenas prácticas que permitan extender la cultura del pago en los plazos acordados”, confirman fuentes de la Confederación.