Entrevista con Joan Herrera, Director de Acción Ambiental y Energía, El Prat de Llobregat

Entrevista con Joan Herrera, Director de Acción Ambiental y Energía, El Prat de Llobregat

A lo largo de su trayectoria en la política, el abogado Joan Herrera ha estado vinculado a distintas administraciones y, por tanto, cuenta con perspectiva para abordar un ámbito en el que se ha especializado desde sus principios y que tiene que ver con la energía eficiente, la sostenibilidad y el medio ambiente. Dejó la dirección general del Instituto para Diversificación y Ahorro de la Energía en el Ministerio de Transición Energética a finales del 2019 y actualmente ejerce como director de Acción Ambiental y Energía en el Ayuntamiento de El Prat de Llobregat, tarea que combina con su trabajo como profesor asociado de la Universitat Rovira i Virgili (URV) en derecho de la energía.

 

En base a todo ello, resulta interesante conocer cuál es su punto de vista en relación al papel que la administración local y supralocal debe ostentar en un contexto de transición energética, así como qué tipo de implicación podría llegar a asumir la ciudadanía en un despliegue que será participado y distribuido. Asimismo, su experiencia puede ser orientativa en cuanto a qué estrategias serían las más adecuadas en un territorio tan heterogéneo como es el español – en cuanto a dimensiones de poblaciones – y que presenta climas distintos según sea la zona geográfica.

 

  • A grandes rasgos, ¿cuál es y deberá ser el papel de la administración local y supralocal en la transición energética?

 

El papel de la administración local en materia de transición energética ha sido hasta ahora marginal. El nuevo escenario abierto, el reto climático, y la transición energética han pasado a ser un elemento central. Y en el ámbito local, la transición energética, vinculada al cambio de movilidad, el autoconsumo compartido y la descarbonización en los usos térmicos en el sector doméstico puede ser la agenda de transformación central de las ciudades. Para que ello sea así, el papel de la administración local puede ser determinante, participando en la creación de comunidades energéticas como actor de cambio en las ciudades y pueblos. La ventaja que tiene la administración local es el marco de confianza que genera. Todo el mundo entiende que cuando la administración local se pone en este escenario no es por el ánimo de lucro sino por la necesidad de protagonizar la transición energética en pueblos y ciudades.

 

  • Como sociedad, ¿de qué modo sería preciso que cambiara nuestro sistema de hábitos cotidianos para tender a dejar de generar parte de la energía que consideramos necesaria actualmente para sostenerlos?

 

El cambio de hábitos significa en primer lugar un cambio sustancial en la movilidad, protagonizando no sólo una apuesta por el transporte público sino una estrategia potente de movilidad eléctrica compartida, consiguiendo sacar coches del espacio público y protagonizando un cambio cultural pasando de la cultura de la propiedad del vehículo a la cultura del servicio compartido. En segundo lugar, y en el ámbito de lo eléctrico, es necesario entender que los marcos de generación
renovable en las ciudades deben ser compartidos, movilizando al máximo los tejados, y asumiendo que nuestra fotovoltaica tiene que estar en tejados compartidos. Para, una vez asumido el reto, pasar a la descarbonización en usos térmicos, con modelos que apuesten por soluciones eléctricas y no fundamentadas en los combustibles fósiles.

 

  • La importancia de la implicación ciudadana para alcanzar la soberanía energética es indiscutible, pero existe cierta complejidad a la hora de establecer cómo tiene que articularse. En concreto, en el Prat de Llobregat se ha puesto en marcha “La Casa de la Energía”: ¿por qué y cómo funciona a nivel práctico?

 

La “Casa de la Energía” es un espacio de intercambio, formación y explicación de la La “Casa de la Energía” es un espacio de intercambio, formación y explicación de la transición energética. Se hacen talleres, pasan grupos escolares, en un “show room” se explica cómo funciona y qué consume una casa eficiente y otra ineficiente, y se hace a partir de la lectura de los consumos de unos electrodomésticos y otros. Digamos que ha pasado a ser el “corazón” y “la cabeza” de la eficiencia, partiendo de la base, en primer lugar, de que el mejor kWh es el no consumido, y en segundo lugar, que le sigue el kWh de origen renovable

 

  • ¿De qué modo la administración local y supralocal puede incidir en todo aquello vinculado a la patente lentitud de trámites en la línea de las autorizaciones, las licencias y las ayudas con el fin de beneficiar a ciudadanos y profesionales del sector?

 

La administración puede acompañar en la tramitación, agilizar trámites, asesorar al particular. Además, puede hacer que toda solicitud se tramite con la mayor
agilidad, etc… El problema está en los cuellos de botella de otras administraciones. Pero se trata de acompañar, y a la vez, permeabilizar al conjunto de la administración en torno a la importancia de las transición energética en las decisiones que toma la administración.

 

  • A nivel general, ¿qué diferencias puede haber entre el despliegue en grandes ciudades, municipios de entre 50 y 75.000 habitantes, y pueblos?, ¿En qué se diferencia una población perteneciente a una área metropolitana de una que no esté sujeta a una gran urbe?

 

A mi entender, el gran reto de las áreas urbanas está en la descarbonización de la movilidad. Y ahí se debería imponer un gran despliegue de la movilidad eléctrica compartida. En todosos municipios es necesario sumarle una estrategia para la descarbonización de las necesidades térmicas en los domicilios. En este sentido, en las zonas rurales la biomasa puede jugar un papel más importante, por cercanía con la biomasa y por no tener tantos problemas de calidad del aire, mientras que en las áreas urbanas se debe apostar por soluciones vinculadas con aerotermia, hidrotermia o geotermia.

 

  • ¿En qué medida puede llegar a influenciar en ese despliegue enmarcado en la transición energética el clima de cada zona geográfica?

 

El clima es determinante. En primer lugar para determinar cuál es la mejor solución térmica. En un clima más templado, con cada vez mayores necesidades de frío para dar respuesta al confort térmico en verano por las continuadas olas de calor, la mejor de las soluciones va a ser eléctrica. En cambio, en climas más fríos, la
solución puede pasar por district-heatings o soluciones basadas en la biomasa. En segundo lugar, en lo que se refiere a la generación, si bien la opción generalizable es la fotovoltaica, es evidente que en función del viento existente, la minieólica puede tener un cierto desarrollo.

 

  •  ¿Cuáles son las prioridades?

 

En materia de movilidad, como se ha dicho, es clave el desarrollo de amplias estrategias de movilidad eléctrica compartida que permitan poder dejar el coche de combustión de uso individual. En la industria – el sector con mayor dificultades para descarbonizar – es preciso poder responder a las necesidades eléctricas con autoconsumo compartido en el ámbito de los polígonos, compartiendo generación y consumo entre la parte del polígono más industrial y la más centrada en logística. A su vez, las estrategias en materia de biogas se deben centrar en suministrar gas a esas actividades industriales que no pueden descarbonizar
sus procesos productivos. Y a su vez, el ámbito doméstico puede entrar en una fuerte interacción con el autoconsumo industrial, más teniendo en cuenta el anuncio
conforme el autoconsumo compartido podrá tener un alcance de 2 km. Éste es un elemento trascendente y relevante. Los 2 km van a permitir la interacción entre polígonos y ciudad. Por último, la administración debe dar ejemplo en consumos y en autoconsumo, y, a la vez, en promoción de los consensos de ciudad y territorio.

 

  • ¿Qué papel tendrá la electrificación de la movilidad? ¿y de la industria?

 

La electrificación de la movilidad debe significar no sólo un cambio de hábitos en la movilidad, sino que las baterías del vehículo deben significar un apoyo en el almacenaje eléctrico. Una batería de 50 kwh es poco para el conjunto del sistema. Miles o millones de baterías pueden jugar un rol de back-up del sistema extraordinario. Ahí está el reto. En segundo lugar, hay que asumir que no se trata de substituir los más de 20 millones de vehículos de combustión por 20 millones de vehículos eléctricos. El vehículo eléctrico debe tener un uso más intensivo, y eso significa que debe ser mayoritariamente compartido. Hay que protagonizar un cambio cultural en nuestra relación con el vehículo.

 

A su vez, la industria va a entrar cada vez más en mercados de flexibilidad y agregación. El modelo al que vamos es un modelo con grandes variaciones en el precio de la electricidad a lo largo del día y hora a hora. Eso se traduce en la necesidad que la industria entre de forma más generalizada en los mecanismos de flexibilidad y agregación, abriendo la puerta a la entrada posterior del sector doméstico.

 

  • ¿Cómo repercutirá ese orden de prioridades en el ámbito doméstico?

 

Entiendo que el sector doméstico tiene el reto de electrificar, especialmente en los ámbitos más templados climáticamente. A su vez, hay que agilizar y ampliar el autoconsumo compartido. Una vez esto suceda, el reto estará en desplazar los consumos a las horas de generación y electricidad más barata. Y para que ello
sea así se deberá transitar hacia esa electrificación en los consumos térmicos antes citada. P. Como observador y en relación a medidas y actuaciones concretas en el campo de las renovables y aplicadas a las instalaciones, tanto de confort (calefacción, climatización, aire acondicionado) como eléctricas: ¿cuáles son las fuentes de energía que se perfilan como más adecuadas y qué soluciones técnicas y tecnológicas se contemplan como más óptimas?

 

Es difícil responder a esta pregunta. En cualquier caso, creo que el reto está en la electrificación de los consumos térmicos, en la domotización de los equipos eléctricos, en los instrumentos (hardware y software) para el desarrollo de estrategias de ahorro y gestión de la demanda, y por último en el despliegue del autoconsumo y de las propias renovables.