La adaptación al teletrabajo, en el Macroproyecto Tractor del sector
ADIME, que forma parte de las más de veinte organizaciones que están impulsando el Macroproyecto Tractor sobre la rehabilitación de las instalaciones en edificios, pone el foco en otra de las once líneas de actuación en las que se divide este plan: convertir los puestos de trabajo en espacios bien equipados y flexibles, mediante la adaptación de las viviendas y oficinas al teletrabajo y el hotdesking
La pandemia lo ha cambiado todo
Los datos de trabajadores españoles teletrabajando antes de la pandemia se situaban en porcentajes de, alrededor, el 5% de empleados. Sin embargo, el confinamiento ha logrado poner a prueba la capacidad de adaptación de empresas y empleados disparando las cifras de esta modalidad. En estos momentos, y con todos los indicadores más favorables para el retorno a la normalidad, se espera que un buen número de trabajadores pueda optar por teletrabajar uno o varios días a la semana, combinando esa faceta con la presenciabilidad.
Esta nueva opción implica que sea necesario adaptar las viviendas e ir incorporandoles equipos que faciliten la conectividad de dispositivos digitales e incentiven su uso. Un buen ejemplo son las fuentes de alimentación con interface estándar (USB) para reducir y optimizar el número de cargadores o elementos que mejoren la conectividad eléctrica y de redes digitales.
Paralelamente, la menor presencialidad de los trabajadores en sus puestos de trabajo trae consigo una mayor proliferación de soluciones de hotdesking para reducir el número de los metros destinados a oficinas. El hotdesking implica el uso compartido de espacios de trabajo entre diferentes usuarios. Gracias a las nuevas tecnologías, un empleado puede llegar con su portátil a la oficina sentarse en la primera mesa que esté disponible, que incluirá todos los elementos necesarios para su trabajo (pantalla adicional, teléfono fijo por IP, etc.) y, tras ingresar su usuario y contraseña, trabajar con total normalidad.
El futuro avanza por esa senda, así que las sugerencias se encaminan a no dejar pasar la oportunidad que supondrá la llegada de los fondos Next Generation EU, destinados a activar la recuperación económica tras la pandemia, y las consiguientes reformas que el Gobierno ha propuesto, entre ellas la transformación de diferentes sectores, con claro protagonismo de la energía y el refuerzo a la infraestructura de las renovables.
En este contexto, los distribuidores de material eléctrico, con su capilaridad en el conjunto del país, se convierten en “agentes profesionalizados”, capaces de aportar la necesaria capacidad logística y técnica para poner a disposición del mercado estas oportunidades de ahorro para los hogares.
Concluyendo, ADIME, junto con el resto de organizaciones, propone aprovechar la oportunidad que supone esta línea de actuación, encaminada a adaptar 125.000 oficinas y establecimientos terciarios con la gestionar directa de más de 68 millones de euros de impactoentre el periodo 2021 y 2026.
