Más de un millón de autónomos cobrarán a finales de mes la prestación extraordinaria por cese de actividad

Más de un millón de autónomos cobrarán a finales de mes la prestación extraordinaria por cese de actividad

El próximo 30 de abril es el plazo estipulado por el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para realizar un nuevo pago de la prestación extraordinaria por cese de actividad, que afectará a más de un millón de autónomos. Esta prestación extraordinaria tiene por objetivo proteger la falta de ingresos de los autónomos en la situación excepcional provocada por la pandemia de la Covid-19 y contribuir a la supervivencia de su negocio. Hasta el día 21 de abril se habían resuelto favorablemente 1.039.598 prestaciones y se habían denegado 38.605, incluidas 3.685 desistidas, por lo que la tasa de aceptación supera el 90%. Hay todavía 76.722 pendientes de resolución.

Hasta el pasado de 22 de abril, la Seguridad Social había recibido más de 1,154 millones de solicitudes, lo que coloca en un 35,5% el porcentaje de autónomos que han solicitado la prestación.

Con el objetivo de facilitar la tramitación de esta prestación a los autónomos que aún no estuvieran adscritos a ninguna mutua, el martes pasado el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto-ley que permite que lo puedan hacer para solicitarla.

Prestación extraordinaria

Pueden acceder a esta prestación extraordinaria por cese de actividad para autónomos aquellos trabajadores por cuenta propia que se vean afectado por el cierre de su negocio debido a la declaración del estado de alarma o cuya facturación haya caído en el mes un 75% respecto a la media mensual del semestre anterior, aplicándose particulares ciertas actividades relacionadas con el el mar o la cultura, entre otros sectores.

Para solicitarla no se exige periodo mínimo de cotización, sólo es necesario estar en alta en la Seguridad Social y hallarse al corriente de pago de las cotizaciones sociales. Además, es compatible con cualquier otra prestación de la Seguridad Social que el solicitante viniera percibiendo, como por ejemplo, orfandad o viudedad, y fuera compatible con el desempeño de la actividad que desarrollaba.