¿Por qué un nuevo etiquetado energético europeo para los productos de iluminación?

¿Por qué un nuevo etiquetado energético europeo para los productos de iluminación?

Por su sencillez, argumentan los responsables de la Unión, convencidos de que ese será un aliciente más para que los consumidores europeos puedan reducir su factura energética y la huella de carbono. Según Kadri Simson, comisaria de Energía de la UE, “en los últimos años, nuestras lámparas y otros productos de iluminación se han hecho tan eficientes que más de la mitad de los led se clasifican actualmente en la categoría A++”, de ahí que, para ella, la actualización de las etiquetas energéticas “ayudará a los consumidores a reconocer cuáles son los mejores productos de su categoría, lo que a su vez les ayudará a ahorrar energía y dinero en sus facturas”.

Aplicanadose desde ayer, día 1 de septiembre, la nueva versión de la etiqueta energética está ya en los puntos de ventas, afectando a las lámparas y otros productos de iluminación, identificando los productos eficientes que han obtenido las etiquetas A+ o A++ según la escala actual. El cambio más importante consiste en volver a utilizar una escala más sencilla (A-G).

“Gracias a una iluminación más eficiente desde el punto de vista energético seguiremos reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuyendo a que la UE llegue a ser climáticamente neutra de aquí a 2050”, puntualiza la comisaria Simson.

Escala más estricta

Curiosamente, la nueva escala es más estricta y está diseñada para que muy pocos productos puedan alcanzar inicialmente las clasificaciones ‘A’ o ‘B’, lo que facilita que se vayan introduciendo gradualmente en el mercado productos más eficientes. Los productos más eficientes desde el punto de vista energético que se comercializan en la actualidad normalmente irán etiquetados a partir de ahora como ‘C’ o ‘D’. Las etiquetas incluirán varios elementos nuevos, como un enlace QR a una base de datos para toda la Unión en la que los consumidores podrán acceder a más información sobre el producto.

Para facilitar la salida de las existencias actuales, la normativa establece un período de 18 meses para que los productos que lleven la antigua etiqueta puedan seguir comercializándose en puntos de venta al por menor. En el caso de las ventas en línea, las antiguas etiquetas disponen de un plazo de 14 días para su sustitución.

A estas medidas les precede un reajuste de la etiqueta energética efectuado el 1 de marzo de 2021 y aplicable a otras cuatro categorías de productos: frigoríficos y congeladores, lavavajillas, lavadoras y televisores (y otros monitores externos).

 

Tecnología más eficiente

El nuevo etiquetado responde a la necesidad de ajustarse a los nuevos tiempos, a una tecnología en evolución constante, que ha facilitado que las fuentes de luz mejoren la eficiencia energética. Los módulos led, la tecnología de iluminación más eficiente que existe desde el punto de vista energético para casi todas las aplicaciones, ha tenido una evolución más que notable y la conocida ‘ledificación’ ha impulsado un crecimiento potente del mercado, pasando del 0% en las ventas en 2008 al 22% en 2015. En ese tiempo, la eficiencia energética media del led se cuadruplicó y los precios disminuyeron significativamente. Los datos lo evidencian, en 2017, la lámpara led típica para uso doméstico era un 75% más barata que en 2010, y la lámpara led típica para oficinas, un 60%.

Pero el balance de 2020 es más rotundo. Se vendieron aproximadamente 1.500 millones de fuentes luminosas en la UE, pero es probable que esta cifra disminuya a 600 millones en 2030 (es decir, que se reduzca en un 60%), a pesar de que el número de fuentes luminosas utilizadas aumentará en más de un 17%. La causa está en la mayor eficiencia energética que se ha conseguido y, en particular, a la prolongación de la vida útil de los leds.

En ese contexto, la Comisión ha realizado una evaluación de impacto de las nuevas normas que indica que, en comparación con una hipotética situación en la que no se apliquen medidas de diseño ecológico de la UE, los cambios supondrán un ahorro de 7 millones de toneladas equivalentes de CO2 al año de aquí a 2030. Esto se añade al ahorro de 12 millones de toneladas equivalentes de CO2 ya previsto en los Reglamentos adoptados en 2009 y 2012.

Las nuevas categorías de las etiquetas reajustadas se acordaron tras un proceso de consulta riguroso y totalmente transparente, que contó con la estrecha participación de las partes interesadas y los Estados miembros en todas las etapas, y con el control por parte del Consejo y el Parlamento Europeo —así como con las nuevas normas acordadas en 2019, mediante las que se informó con una antelación suficiente a los fabricantes—. Como exige el Reglamento marco, otros grupos de productos se ‘reajustarán’ en los próximos años.