Simon establece una joint venture con Selba Solutions
Desarrollar de forma conjunta una gama de soluciones de recarga de vehículo eléctrico es la finalidad de la joint venture establecida entre Simon y Selba Solutions en junio pasado, y que les permitirá dar un salto cualitativo en el mercado de la movilidad eléctrica, en el que ambas empresas son ya destacados protagonistas.
Mientras Selba Solutions aporta a la alianza su larga experiencia, investigación e innovación en la fabricación de puntos de recarga de vehículo eléctrico, Simon contribuye con su reconocimiento de marca y expertise en el mundo de la distribución eléctrica, junto con un cualificado equipo comercial a nivel nacional e internacional.
La andadura de Simon en el sector de la movilidad sostenible, más concretamente en estaciones de recarga, data de una década en la que ha ido consolidando nombre y prestigio. Ahora, con la joint venture la compañía adquirirá un fuerte impulso en un sector que considera estratégico. En principio, se centrará en el mercado nacional para ir adentrándose, paso a paso, en el internacional.
La primera iniciativa fruto del acuerdo, y que hace que Simon se convierta en socio principal, es el desarrollo conjunto de la serie “Simon Neon”. Un producto que destaca por su robustez, ya que está fabricado en acero inoxidable, y por su corona de led 360º que permite la visualización del estado de las tomas desde cualquier ángulo.
Mansergas, Business Development Director de Simon, puntualiza que el acuerdo “demuestra nuestra intención de aportar valor al cliente también en esta línea de producto y de contribuir al desarrollo de un mundo más sostenible”. Algo que comparte Gabriel Prat, Operations Manager de Selba Solutions, quien define al acuerdo como “una oportunidad para aportar valor y jugar un papel importante en un mercado que se encuentra en pleno crecimiento”.
La operación en sí refuerza la apuesta de Simon por el desarrollo del negocio de recarga de vehículo eléctrico, así como su compromiso con lo establecido por la UE en el Pacto Verde Europeo, que garantiza que de aquí a 2030 los ciudadanos dispondrán de la infraestructura que necesitan para recargar estos vehículos.
