Vigilar la ventilación y calidad del filtrado, entre las recomendaciones del COIICV para la seguridad en los espacios cerrados

Vigilar la ventilación y calidad del filtrado, entre las recomendaciones del COIICV para la seguridad en los espacios cerrados

El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana (COIICV), se suma a los colectivos que han elaborado  recomendaciones para el sector de la climatizaicón para incrementar la seguridad en los espacios cerrados con motivo de la crisis del coronavirus. Junto con la empresa Monsolar Ingenieros, ha realizado un documento en el que incluyen propuestas para prevenir y minimizar la transmisión del SARS-COV-2 a través de los sistemas de climatización de edificios y locales.

En concreto, el documento recomienda actuar en dos vertientes: incrementando la renovación de aire a través de los sistemas de ventilación, aumentando caudales de aire exterior y reduciendo los tiempos de renovación de aire del interior, y la revisión de la  calidad del filtrado, que se realiza del aire del interior del local.

En este sentido, se recomienda que en los edificios con sistemas de ventilación mecánica se realicen tiempos de operaciones más prolongadas de lo habitual. Esto es, iniciar la ventilación un par de horas antes de lo habitual y apagarlo un par de horas después. Y aunque va en contra de los principios de eficiencia energética, no se descarta, como solución óptima, llegar a mantener, en determinados espacios, el sistema de climatización encendido las 24 horas, los 7 días de la semana. Esta medida favorecería el efecto limpieza del sistema de climatización, tanto de impulsión como de retorno, según el documento elaborado por el COIICV.

En aquellos edificios o locales donde se utilizan Unidades de Tratamiento de Aire (UTAs) centralizadas con recirculación, se recomienda evitar la recirculación en determinados espacios con proyección de aerosoles en momentos como el actual, de episodios de SARS-CoV-2, ya que “si hubiera existencia de partículas con virus en el interior de los conductos de retorno, podría llegar a existir la probabilidad de volver a contaminar las zonas ocupadas”, siempre que las condiciones de operación lo permitan.

En esos casos, se recomienda evitar la circulación central, cerrar las compuertas de recirculación y trabajar exclusivamente con aire exterior, pero previamente habría que verificar si el sistema dispone de suficiente potencia, o si se produciría el fenómeno conocido como sobrecalentamiento, cayendo el rendimiento del sistema, disparándose el consumo de energía, no enfriando suficientemente el aire y dañando los equipos, reduciendo drásticamente su vida útil. En ocasiones, las unidades de tratamiento de aire están equipadas con filtros de aire de retorno (F7 y F8) que no llegan a filtrar nanopartículas ( de 0,06 a 0,140 micras) con virus de manera efectiva.

Para los equipos de recuperación de calor se recomienda apagar temporalmente los intercambiadores de calor rotativos durante episodios de SARS-CoV-2, también sólo si las condiciones de operación y la capacidad del sistema lo permiten. La transmisión de partículas de virus a través de estos dispositivos no debería ser un problema cuando está equipado con una unidad de doble bobina u otro dispositivo de recuperación de calor ya que “garantiza una separación del aire del 100% entre el lado de extracción y el de impulso”, destaca el documento.

Extracción de aire en funcionamiento 24 horas

En cuanto a extracción de aire en servicios higiénicos y locales de descanso, los sistemas de climatización deberían estar en funcionamiento las 24 horas, los 7 días de la semana, para favorecer el efecto limpieza del lugar. Además, para evitar la transmisión fecal-oral, “los sistemas de descarga de agua de los inodoros deberían ser accionados con la tapa del WC cerrada”.

Como norma general, el COIICV y Monsolar Ingenieros, destacan en este documento que “debe evitarse la apertura de ventanas en los aseos, puesto que al aumentar la presión de la estancia se pueden generar flujos con aire contaminado hacia otras zonas del edificio de menor presión”, explica el documento.

Por lo que respecta a la limpieza de conductos, si se siguen las anteriores recomendaciones en cuanto a recuperadores de calor y recirculación “no se necesitan cambios en los procedimientos normales de limpieza y mantenimiento de conductos“. Y es que los virus, unidos a partículas pequeñas, no se depositarán fácilmente en los conductos de retorno/extracción.

En referencia a la frecuencia en la sustitución de los filtros de aire exterior, las actuales UTAs de los sistemas de climatización (RITE2013) están equipadas con filtros después de la entrada de aire exterior que filtran bien las partículas pequeñas. Y por tanto es “difícil asumir que el aporte de aire exterior pueda ser una fuente de contagios”.

Purificadores de aire con efecto limitado

Otro aspecto que contempla es el referente a los purificadores de aire, destacando que pueden eliminar eficazmente las partículas del aire. Esto logra un “efecto similar y complementario al de una buena ventilación con aire exterior, aunque para ser efectivos debe disponer de alguno de los sistemas siguientes: Filtros HEPA (High Eficiency Particular Aire Filter), filtración electrostática, luz ultravioleta de radiación corta UV-C, oxidación fotocatalítica o PCO (Photocatalytic Oxidation) o la ionización bipolar, controlando siempre la emisión de ozono, peligroso para la salud y el medioambiente”, explica el ingeniero industrial colegiado del COIICV, experto en climatización y delegado comercial de Samsung en la Comunitat Valenciana, Víctor Navarro Reyes.

En este sentido, destaca además que “la eficacia de equipos previstos para uso doméstico sólo será eficaz en locales con menos de 10 metros cuadrados, el caudal a renovar o purificar debe de ser mínimo de 12,5 litros por segundo y persona”.

Para el COIICV, en edificios con sistemas de ventilación natural y sin ventilación mecánica, se recomienda abrir ventanas exteriores, mucho más de lo normal, con el fin de aumentar la ventilación natural, incluso cuando cause cierta incomodidad térmica, ya que es la única opción de renovación del aire interior de las estancias.

Reyes destaca que “el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) establece la obligatoriedad de renovar el aire en el interior de los establecimientos sujetos al mismo, al igual que lo hace el Código Técnico de la Edificación (CTE) para las viviendas”.  Y aclara que, “Es verdad que se debe equilibrar la calidad del aire con la eficiencia energética de la instalación, pero, en la situación actual, una buena opción puede ser instalar sistemas de renovación de aire en aquellas instalaciones que no lo tuvieran por ser anteriores a la entrada en vigor de la normativa que lo exige o suplementar el sistema ya disponible con una ventilación adicional”, explica.

En este sentido, el decano del COIICV, Salvador Puigdengolas, subraya que “los sistemas de climatización en los interiores reducen el riesgo de contagio de enfermedades si son los adecuados y se encuentran en el estado óptimo de conservación y mantenimiento, ya que filtran el aire y reducen la contaminación o carga vírica que podría llegar a concentrarse en determinado espacio mal dimensionado, mal equipado y mal mantenido”.