La COP26 se cierra con un acuerdo climático tardío, insuficiente y “de mínimos”

La COP26 se cierra con un acuerdo climático tardío, insuficiente y “de mínimos”

Con un acuerdo final que se negoció fuera de las fechas acordadas, debido la falta de compromiso de algunas de las grandes potencias, los cerca de 200 países reunidos en la Conferencia sobre el Cambio Climático, la COP26, consiguieron ponerse de acuerdo y redactar un documento final, considerado ‘de mínimos’, que evidencia, según el secretario general de la ONU, António Guterres, “los intereses, las contradicciones y el estado de la voluntad política, sobre todo de los países más contaminantes”.

Si bien el documento pactado incluye pequeños avances en la lucha contra el calentamiento global y mantiene el objetivo de intentar contener el aumento de la temperatura media de la tierra en 1,5 grados, como marca el Acuerdo de París, las organizaciones ecologistas se alinean con la percepción de Guterres, definiendo el acuerdo como “demasiado pobre” y falto de “compromisos firmes y concretos” para alcanzar los objetivos marcados en el Acuerdo de París, dejando muchas cuestiones sin resolver.

 

‘Modo de emergencia’

El titular de la ONU, en una declaración gravada y emitida al término de la reunión, pidió a los Estados “acelerar la acción climática para mantener vivo el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados”,  ya que es hora de pasar al “modo de emergencia”, poniendo fin a las subvenciones a los combustibles fósiles, eliminando el carbón, poniendo un precio al carbono, protegiendo a las comunidades vulnerables y cumpliendo el compromiso de 100.000 millones de dólares de financiación para el clima.

“No hemos conseguido estos objetivos en esta conferencia”, aunque planteó Guterres que “tenemos algunos elementos para avanzar”.  Por eso, el mensaje final que lanzó estuvo salpicado de referencias speranzadoras: “Sé que están decepcionados. Pero el camino del progreso no siempre es una línea recta. A veces hay desvíos. A veces hay zanjas. Pero sé que podemos conseguirlo. Estamos en la lucha de nuestras vidas, y esta lucha debe ganarse. Nunca hay se rindan. Nunca retrocedan.  Sigan empujando hacia adelante”.

El documento final pide a los 197 países participantes que informen de sus avances hacia una mayor ambición climática el año que viene, en la COP27, que se celebrará en Egipto.  Además, una enmienda de última hora introducida por China e India suavizó el lenguaje que había circulado anteriormente en un borrador de texto sobre “la eliminación de la energía de carbono no estabilizado y de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles”, citándose en el texto a la “reducción progresiva” del uso del carbón. El acuerdo también pide plazos más estrictos para que los gobiernos actualicen sus planes de reducción de emisiones.

También se subraya la necesidad de movilizar la financiación climática “de todas las fuentes para alcanzar el nivel necesario para lograr los objetivos del Acuerdo de París, incluido el aumento significativo del apoyo a los países en desarrollo, más allá de 100.000 millones de dólares al año”.

 

Paquete de decisiones decepcionante

Durante la última sesión plenaria de balance, muchos países lamentaron que el paquete de decisiones acordado no fuera suficiente. Algunos lo calificaron de «decepcionante», pero en general reconocieron que era equilibrado para lo que los países podían acordar en este momento y dadas sus diferencias.

Mientras países como Nigeria, Palau, Filipinas, Chile y Turquía afirmaron que, aunque hay imperfecciones, apoyan ampliamente el texto, el enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, explicó que el texto “es una declaración poderosa” y aseguró a los delegados que su país participará de forma constructiva en un diálogo sobre pérdidas y daños y adaptación, dos de las cuestiones más difíciles de conseguir que los países se pongan de acuerdo.

Por su parte, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en una entrevista mantenida en la Cadena SER, reconoció que sobre el reciente acuerdo de “reducir” el uso del carbón, en vez de la “eliminación” tal y como se preveía en el borrador del documento, citó las diferencias que existen entre países: “No es lo mismo el caso de España, donde hemos podido cerrar el 90% de las centrales de carbón en poco tiempo, porque hay alternativas energéticas, que hacerlo, por ejemplo, en India, que está asentada sobre una mina de carbón”.

 

Avances de la Cumbre

Más allá de las negociaciones y los líderes políticos, la COP26 reunió a unos 50.000 participantes en línea y en persona para compartir ideas innovadoras, soluciones al calentamiento global, asistir a eventos culturales, y crear asociaciones y coaliciones.

Durante la conferencia se hicieron muchos anuncios alentadores. Uno de los más importantes fue que los líderes de más de 120 países, que representan alrededor del 90% de los bosques del mundo, se comprometieron a detener e invertir la deforestación para 2030.

También hubo un compromiso sobre el metano, liderado por Estados Unidos y la Unión Europea, por el que más de 100 países acordaron reducir las emisiones de este gas de efecto invernadero para 2030.

Por otra parte, más de 40 países -entre ellos grandes consumidores de carbón como Polonia, Vietnam y Chile- acordaron abandonar el carbón, uno de los mayores generadores de emisiones de CO2.

El sector privado también mostró un fuerte compromiso con casi 500 empresas de servicios financieros mundiales que acordaron alinear 130 billones de dólares -alrededor del 40% de los activos financieros del mundo- con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, incluyendo la limitación del calentamiento global a 1,5 grados Celsius.

Además, algo que tomó por sorpresa a muchos, Estados Unidos y China se comprometieron a impulsar la cooperación climática durante la próxima década. En una declaración conjunta dijeron que habían acordado tomar medidas en una serie de cuestiones, como las emisiones de metano, la transición a la energía limpia y la descarbonización. También reiteraron su compromiso de mantener el objetivo de 1,5 grados.

En cuanto al transporte ecológico, más de 100 gobiernos nacionales, ciudades, estados y grandes empresas firmaron la Declaración de Glasgow sobre coches y furgonetas con cero emisiones para poner fin a la venta de motores de combustión interna para 2035 en los principales mercados del mundo en 2040.  Al menos 13 países se comprometieron también a poner fin a la venta de vehículos pesados impulsados por combustibles fósiles para 2040.

En las últimas dos semanas se han realizado muchos compromisos «más pequeños», pero igualmente inspiradores, como el de 11 países que han creado la Alianza Más allá del Petróleo y el Gas (BOGA). Irlanda, Francia, Dinamarca y Costa Rica, entre otros, así como algunos gobiernos subnacionales, lanzaron esta alianza, la primera de su tipo, para fijar una fecha de finalización de la exploración y extracción de petróleo y gas a nivel nacional.